Registros de la Atlantida

Mucho tiempo atrás en la Atlántida, la raza de hombres que procuraban saber, osar, hacer y buscar en silencio las leyes de la vida, cayeron en el hábito de pensar que habían alcanzado lo máximo en cuanto a logro porque manifestaban un control considerable sobre la sustancia material... <<continuar leyendo>>

ATLANTIDA Y LEMURIA

Bimal

No obstante, tales fenómenos no eran ni son indicativos en absoluto de verdadera conciencia divina y autocontrol internos. La ciencia atlante, al igual que las ciencias físicas de hoy en día, parecían lo máximo; y el materialismo, el ateísmo y la sensualidad, con la gratificación de los deseos personales, iban a la zaga sólo de las metas del estado supremo, para hombres y mujeres de ese tiempo.

En este estado de falsa saciedad, de falso espíritu comunal, vanamente imaginaron que la libertad con respecto al trabajo físico proporcionaría a todos lo supremo en cuanto a iluminación como producto derivado del nuevo lujo, ocio y lo que llamaban ‘la buena vida’.

En la búsqueda de la sabiduría del mundo y de que se les considerara sabios entre los hombres, los individuos iban en pos de actividades licenciosas que empalagaban a los sentidos, a la vez que pasaban por alto el llamamiento para que adoraran la Fuente de la Vida y llevaran a cabo el propósito supremo creativo. De modo que manifestaron el lado izquierdo de la tabla*, pensando que nada era nuevo y declarando, "soy rico", me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad’, esta actividad contrasta con la valoración divina de su estado que reza:

"Y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo".

»La indiscutida Realidad del destino cósmico humano predeterminado en la mente de Dios no es "nada nuevo debajo del sol"»

En el presente, el destino del hombre — su propia matriz individual divina — se mantiene a salvo en el corazón de Dios (ahi se mantiene el registro cósmico de cada humano).

Esta matriz es revelada a las almas avanzadas de la Tierra que beben del cáliz de la comunión de la abundancia cósmica de nuestro Señor hasta que rebosan de alegría eterna.

Así pues, vemos que la Atlántida tenía entonces, y la Atlántida reaparecida hoy en los Estados Unidos de América tiene, un destino consistente en exteriorizar la llama de Omega, el cosmos de la Materia y la realización material (materialización) de la llama divina.

En la medida en que la ciencia y la tecnología y los inventos se depositan en el altar de la Madre Divina con el fin de que, libres del trabajo pesado, las personas puedan ir en busca de una vida espiritual y de la condición de adepto que les corresponde, es en tal caso una manifestación legítima.

No obstante, hemos visto numerosas civilizaciones y en los registros de ellas en el ákasha que, cuando se les dan muchas comodidades y tecnología, en lugar de aprovechar la oportunidad para perseguir el sendero espiritual, empiezan a mostrarse indulgentes con el desperdicio del fuego sagrado en uno o todos los chakras.

Ello conduce al consiguiente agotamiento de la Luz en el templo y, de ahí, la incapacidad de identificarse con un sendero de cristeidad personal.

A continuación la gente se vuelve degenerada. Ello ha sucedido no sólo en nuestro planeta, sino también mucho tiempo atrás en el que fuera el planeta más próximo al Sol, que quedó destruido y es actualmente tan sólo un cinturón de asteroides Hedron.

M.A. ECP